martes, 2 de noviembre de 2010

ATROPELLO


Casualmente, entre tanto, vemos pasar la muerte muy de cerca, y hay quienes quieren extender los brazos para tomarla, solo al pasar, para ver de qué se trata la cosa.
Hay personas que encuentran sitio en sus metáforas, y hay quienes pretenden dejar hablar al tiempo, antes de tomarlo y hacerlo platicar.
La muerte nos da conciencia de vida, y muchas veces, no nos gusta lo que eso nos devuelve. Intentamos salideras, de las más variadas, para escaparle, para correr en dirección opuesta, sin saber por donde anda. Nos creemos lindos, capaces, límpidos y perfectos, para que la muerte no nos atropelle. ¿Qué tipo de mala muerte ha de llevarse a una agraciada persona de muchas actividades superpuestas? ¿Acaso ha de ser tan nefasta para interrumpir una vida llena de colores?
Hay que hacer, y hacer, y hacer para no dejar de hacer, ya que si uno deja de calentar motores, puede suceder que se detenga a pensar que la muerte anda suelta… por ahí…y más aún, en busca de todos nosotros… con su fiel condición, no excluyente de acción, de ser totalmente inesperada.
Eso es lo que menos nos agrada.
En este momento de comunicaciones instantáneas, donde notifico lo que siento, sin sentirlo. Enuncio deseos en veinte caracteres, y me limito al literato del tráfico grumoso de la libido, me subo al carajo cuando descubro que la muerte es… inesperada!! ¿Es que se ha perdido de los avances tecnológicos? ¿Será que no conoce la Internet? ¿Por qué no “postea” sus desenlaces?
No reconoceremos jamás, que ella no esta dentro de los entes globalizados. Escapa al capitalismo. Al neo-liberalismo. No negocia con la razón, ni con la inteligencia. Jamás concuerda con las circunstancias, ni con la lógica del peregrinar humano. No sabremos que música escucha, ni que lleva puesto.
Ha derrumbado pueblos, e imperios.
Ha alimentado a Dante.
Ha narrado los santos evangelios.

Para olvidarla y vivir.
Para volver a vivir.
La muerte deberá ser, y será, la mejor amiga del hombre.

PABLO BARNABÁ

No hay comentarios: