lunes, 2 de julio de 2012

El duelo después de las presencias


...Cuando partimos dejamos de estar entre nosotros, y aunque hayamos dejado testimonio directo de alguna obra, los vivos, deberán hacer el esfuerzo de olvidar lugares, palabras y compañia.
El dolor que nos tocara afrontar, no es aquel que hemos sentido al golpearnos, o  cortarnos un pedazo de nuestro cuerpo; es algo más complejo, perderemos sentidos y metáforas, y nos daremos cuenta lo aferrados que estamos al vicio de las presencias.
Cuando nos arrojan al momento en que deberemos abandonar el cuerpo ajeno, perderemos el perfume, la mirada que nos ha sabido nombrar, y si allí se encontraba nuestro amor, también el sentido de gran parte de nuestra vida. Retomar la recta luego del codo de este accionar, habrá de resultar tan costoso como  cada uno se lo proponga; pero no será imposible...  

Pablo Barnabá

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